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sábado, 20 de diciembre de 2025

Volvimos a ver “Dark City”, de Alex Proyas, en HBO Max, una joya de ciencia ficción oscura de los años 1990

En 1998, esta película fue un fracaso tras su estreno, a pesar de la vorágine de referencias, un rico retrofuturismo y unos efectos especiales impresionantes. En esencia, Dark City allanó el camino para Matrix, el éxito explosivo del año siguiente. 
Mientras se espera el regreso de Alex Proyas con RUR, una adaptación de una obra de Karel Čapek, la plataforma HBO Max ofrece la oportunidad de (re)descubrir lo que, a día de hoy, sigue siendo su obra maestra. Disponible en su versión original (existe una versión del director en la edición en DVD de 2008), Dark City sigue a John Murdoch (interpretado idealmente por Rufus Sewell), que se despierta solo en un extraño hotel y comprueba que ha perdido la memoria y es perseguido como el autor de una serie de sádicos y brutales asesinatos. Mientras intenta juntar las piezas que componen el puzzle de su pasado, descubre un submundo habitado por unos seres conocidos como "los ocultos" que tienen la habilidad de adormecer a las personas y alterar a la ciudad y a sus habitantes. 
En este universo de cine negro al estilo de los años 1940 (sombreros inflados, clubes de jazz, letreros de neón), el cineasta despliega una vorágine de referencias, hibridando el expresionismo alemán (Metrópolis, 1927).
La película obtuvo los siguientes premios y nominaciones: National Board of Review: Premio mención especial; Saturn Awards: Mejor película de ciencia ficción. 6 nominaciones; Premios Hugo: Nominada a mejor presentación dramática.
Original muestra de ciencia ficción, con elementos de cine negro y elementos kafkianos. Está destinada a ser, sin duda, película de culto. Alex Proyas, el director de El cuervo, explica que "el aspecto paranoide de la historia viene de uno de mis sueños de juventud en el que, mientras dormía, aparecían en mi cuarto unas figuras oscuras que alteraban la realidad". Y consigue con creces intrigar sin confundir. Le ayudan los actores, que encajan a la perfección en sus papeles: el semidesconocido Rufus Sewell (Carrington) como hombre confundido, el impasible William Hurt, el alocado Kiefer Sutherland y la misteriosa Jennifer Connelly.
Toda la película transcurre de noche, en un entorno urbano. El ambiente, expresionista, desprende un aire de irrealidad y misterio. Las influencias del espléndido diseño artístico apuntan a los clásicos Nosferatu y Metrópolis. La transformaciones nocturnas de la ciudad, y el secreto que ésta encierra, resultan creíbles gracias a unos elaborados efectos especiales.

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