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domingo, 14 de septiembre de 2025

“Vaselina roja” de Nanni Moretti vuelve a los cines: ¡sigue siendo igual de extraña, sigue siendo igual de bella!

Se ha producido el reestreno de la sexta película de Nanni Moretti, Vaselina roja (Palombella rossa, 1989), en una versión restaurada.
Esta semana, Nanni Moretti regresa a los cines. No con un nuevo largometraje, que sería el decimoséptimo de su carrera, sino con una cáustica farsa de finales de los años 1980, Vaselina roja, su sexto largometraje, en una copia magníficamente restaurada. Una comedia mordaz en la que el director italiano, ahora de 72 años, interpreta a un diputado comunista que, tras perder la memoria tras un accidente de coche, se encuentra en medio de un partido de waterpolo (un deporte muy querido por los italianos y del que el director italiano es ex-jugador de alto nivel).
Interpreta a su personaje favorito de siempre, Michele Apicella, un personaje ficticio que comparte rasgos de película en película, pero que no es un hombre soltero. Un observador muy crítico de la sociedad, moralista, hablador y colérico. La mayor parte de la película transcurre en una piscina, una alegoría de Italia, solo que más húmeda, con todos sus problemas, sobre todo sus disputas políticas.
Moretti entrega una película inclasificable, muy bella formalmente, con un uso excelente de la partitura musical de Nicola Piovani, e imágenes para el recuerdo como la surrealista piscina con flotantes anuncios publicitarios. Hay elementos del subgénero deportivo en la emoción por el resultado de un partido, muy bien controlados y manejados con inteligencia, lo que incluye el hábil recurso de utilizar la película Doctor Zhivago, que están dando por televisión. Esto sirve para insistir en el tema de las ideas políticas -tratado de modo amable, al igual que los personajes católicos que tratan de persuadir a Michele de que no les separa tanta distancia-, y para entregar un pasaje netamente costumbrista, muy italiano, el de la reacción de la gente a la trágica escena del tranvía de Doctor Zhivago.

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